miércoles, 11 de abril de 2007

Ambientalismo y Derecho de los Animales ( Parte 1)

A continuacion encontraran la primera parte de un interesante articulo del Dr Marc Dourojeanni, quien gentilmente nos ha permitido traducirlo del portugues y publicarlo.
El Dr. Marc Dourojeanni fue director general Forestal, Parques y Fauna del Peru, Jefe de la Division de Medio Anbiente del Banco Mundial y del BID y vice precidente del UINC. Actualmente es consultor internacional y Presidente fundador de Pronaturaleza.

Pronto estaremos publicando la parte 2 del presente articulo:

AMBIENTALISMO Y DERECHO DE LOS ANIMALES


Pueden mezclarse los derechos de los animales con los temas ambientales? Puede considerarse que los defensores de los derechos de los animales son ambientalistas? La crueldad hacia los animales debe ser materia de preocupación para los ambientalistas? Estas son preguntas, así como otras en torno de ellas, que no son simples de responder। Pero es importante discutirlas, ya que las diversas respuestas posibles tienen mucha influencia en el trato que da la sociedad al medio ambiente y al propio movimiento ambiental।

Origen de la defensa de los derechos de los animales

Desde los principios de la humanidad existen personas o grupos sociales preocupados con el trato dado a los animales, y también, a lo largo de la historia se desarrollaron toda clase de actitudes para con ellos, inclusive algunas de carácter de reverencia. Desde fines del siglo XIX, la defensa de los derechos animales fue considerada como parte de una corriente filosófica dominante en lo que concierne a las relaciones humanas con la naturaleza, es lo que se conoce como "protección de la naturaleza" o "proteccionismo". Esta evoluciono, a partir de los años 1960 para la "conservación de la naturaleza" o "conservacionismo", incluyendo sus variaciones como el "desarrollo racional" y luego el "eco-desarrollo". Finalmente, a partir de los años 1990 la mayor corriente ambiental se transformo en el llamado "desarrollo sustentable", que es la base conceptual del ambientalismo moderno. El ambientalismo reconoce los derechos de los animales, pero no los considera como piedra angular de su pensamiento ni de su línea de acción, que en última instancia, persigue el bienestar del ser humano.

El proteccionismo de la naturaleza, reunía casi igualmente a los "protectores de los animales" y los "protectores de la naturaleza". Pero, para algunos analistas, ambas perspectivas nunca se relacionaron realmente entre si, pues cada una pertenecía a líneas marcadamente diferentes de la ética. Los primeros dedicaban su atención especialmente a los animales domésticos (perros, gatos, etc.) y los segundos a los animales salvajes y los habitats de estos. Progresivamente, los protectores de los animales fueron alejándose de los "protectores de la naturaleza" para dedicarse exclusivamente, a los derechos de los animales, incluyendo además de la protección de animales domésticos a la caza de animales salvajes y a la protección de animales domesticados (mamíferos y aves criadas para el consumo humano)

En las ultimas dos décadas, una de las alas de los protectores de la naturaleza adopto como criterio de acción el " vegetarianismo", y, así mismo, muchos de ellos abrazaron conceptos y actitudes mas bien extremas como es el caso de la denominada "liberación animal".
Por otra parte la otra ala de los protectores de la naturaleza son ahora muy raros, si aun subsisten. Ellos son, dentro del movimiento ambiental del cual aun encajan, los más tradicionales y los que practican lo que es llamado el "ambientalismo contemplativo" que, en su esencia utópica, intenta mantener la naturaleza intocable. En la actualidad, los defensores de los derechos de los animales no fundamentan su pensamiento en la ecología o en la economía, que son los pilares del ambientalismo. Ellos fundamentan su pensamiento exclusivamente en una perspectiva de ética de la relación del ser humano con otros seres del reino animal. Argumentan, no sin razón, que la ética no puede dejar de lado los derechos o, por lo menos, un trato justo con los demás seres vivos del planeta, especialmente con los animales.

Resumiendo, a pesar del origen probablemente común entre el ambientalismo y los seguidores de la " liberación animal", en la actualidad no existe mucho que ellos compartan. Hay también ambientalistas, seguidores moderados de las ideas de la liberación animal y también existen, por ejemplo, muchos vegetarianos, amantes de los gatos y perros que también son ambientalistas.
Estas son opciones personales que en planos separados y que en la justa medida, hasta pueden ser complementarios.

Los partidarios de la protección de los animales son cada vez más numerosos e influyentes. Pero, como he dicho, dentro de ellos existen infinitas variaciones conceptuales y de actitud, que pueden ser consideradas dentro del mismo paquete, formando una curva estadística normal, en cuyos extremos pueden ser tan diferentes del resto que hasta cabe la duda si realmente puedan ser considerados parte de la mayoría. Ellos son los limítrofes.
Lo que esta sucediendo con la defensa de los derechos de los animales, es un crecimiento desmedido de una minoría extremista que esta en el limite conceptual, pero que arrastra al grueso del movimiento. Este hecho, como la aparición de cualquier otro extremismo, es de por si preocupante. Pero, en este caso, lo que preocupa al autor es que la defensa radical, inclusive violenta, de los derechos de los animales, sea considerada hasta en la legislación como un tema ambiental, y que sus luchadores sean considerados como ambientalistas, o lo que es peor, que ellos mismos creen ser ambientalistas.

El radicalismo en la defensa de los derechos animales

Basados en una lectura poco lucida de los escritos del filosofo Peter Singer y, en especial de su libro "liberación Animal", estas personas consideran que los humanos no tienen el derecho de matar animales, así que no deben alimentarse de ellos y mucho menos matarlos para otros usos (cuero, piel) o como consecuencia de otras actividades como la investigación científica o las corridas de toros, peleas de perros o rodeos. También están en contra de la caza y la pesca y claro, contra cualquier trato con los animales que puedan parecer crueles de una y otra forma. Hasta ese punto no hay problemas.

Si alguien opta por ser vegetariano, no usar productos animales de ninguna especie y de cuidar gatos, perros u otros animales, se trata de un derecho de esa persona puede ejercer con toda libertad. El problema surge cuando los más extremistas de los que creen en esta opción buscan imponer a los demás y a la sociedad en su conjunto sus ideas.
Y, en especial, cuando para hacerlo utilizan métodos que bordean la ilegalidad y que son abiertamente ilegales como la difamación, la injuria, la amenaza y hasta la agresión física. Hechos se han visto con frecuencia en Estados Unidos, como la destrucción de laboratorios de investigación científica o en Europa con las agresiones contra las personas que utilizan abrigos de piel. Son las acciones de estas personas que permitieron que se acuñasen los sobrenombres de eco-terroristas. eco - fascistas y eco - xiitas, con lo cual por falta de conocimiento o mala voluntad, también se califican a los ecologistas o ambientalistas que, en su enorme mayoría, no quieren ser vegetarianos.

Un libro reciente del periodista brasilero Heli Ricardo de Souza Pimentel (2006), titulado "Zoonazismo: Cuando los "defensores" atacan", aborda bien el comportamiento de una de las versiones mas extremas de los defensores de los derechos animales y si apenas la mitad de lo que el denuncia no es exageración, el problema es de inmensa gravedad, no solo para el ambientalismo sino para toda la humanidad. Apelar a imágenes que comparan a los criaderos de cerdos con los campos de concentración nazi o como las que muestran a una foca matando a un bebe humano, para exportar sus puntos de vista, es claramente terrorismo ideológico de un pésimo gusto, y además pretende establecer una correlación falsa. Pero los defensores de los animales a han ido mucho mas lejos que eso con sus agresiones verbales y físicas, a tal punto que ellos están ya incluidos en las listas negras de las policías y servicios secretos como una variante de terrorismo internacional.

Los defensores de los derechos de los animales están bien organizados y financiados. Considerando únicamente el financiamiento por donaciones de personas naturales, los recursos a disposición de organizaciones no gubernamentales (ONG) dedicadas a este tema son mucho mas importantes que lo que las personas naturales dedican a temas ambientales o sociales. Sus campañas consiguen captar artistas y personajes famosos, como es el caso de Brigitte Bardot que preside una de las mayores organizaciones para la liberación animal.

El ser vegetariano es beneficioso para el medio ambiente?

El argumento frecuentemente usado por los protectores de los animales, de ser más eficiente alimentar a la humanidad a base de productos vegetales de que con animales tiene cierta lógica. En efecto, es razonable asumir que si no existiera la ganadería el impacto sobre los recursos naturales, en especial los bosques, seria menor, por que usando solamente la agricultura seria necesario menos espacio para alimentar a la población humana. Pero, para ser efectiva, esta alternativa debería haber sido adoptada hace siglos, antes de que la ganadería destruyese, por ejemplo, la mayor parte de las selvas tropicales de América. Mirando hacia adelante, esta alternativa podría ser realmente necesaria apenas en un futuro aun no previsible que ni siquiera es necesariamente probable. A pesar de eso, es interesante analizar que sucedería con la naturaleza si ahora se decidiese abandonar la ganadería y se dejara de pescar y cazar.

Si fuese prohibido el consumo de carne, los animales domésticos como los bovinos, ovinos, caprinos, cerdos, patos, gallinas y gansos dejarían de tener utilidad y que consecuentemente perderían su valor económico. Cuando eso sucediese, ellos simplemente desaparecerían o estarían solamente en zoológicos. Los caballos todavía sobrevivirían gracias a su uso deportivo. La eliminación de la ganadería tendría un enorme impacto económico negativo, y para mantener el desempeño económico de las naciones que adoptasen esa medida, seria preciso inventar nuevas actividades económicas para substituirla y mantener los muchos empleos que dependen directa e indirectamente de ella. Esto solo podría ser hecho con un plan de muy largo plazo. Por otra parte, es evidentemente que la tierra previamente usada no volvería a su condición natural original. Con certeza que seria usada para expandir los cultivos, como áreas urbanas o para plantar bosques artificiales. En términos ambientales eso no seria una ganancia, pues la agricultura y la reforestación requieren mucho más pesticidas y agroquímicos que la ganadería y la contaminación de origen urbano es gravísima.


Por otro lado, si los defensores de los animales son coherentes con su modo de ver el tema, ellos deberían convertir en vegetarianos a sus gatos y perros. Eso podría convertirse en algo muy difícil por que esos animales no son omnívoros como los humanos y si carnívoros, aunque puedan sobrevivir con una dieta vegetal forzada. Tenemos más: estudios diversos demostraron en muchos países, en especial en Inglaterra, que los gatos domésticos que en el hogar, ronronean amorosamente en el regazo de sus dueñas, en el jardín se transforman en tigres sanguinarios para con los pájaros y otros animales silvestres de pequeño porte. Este hecho permite la proliferación de plaga en los jardines, en especial insectos, que luego deben ser combatidos con pesticidas.

En estas mismas páginas, el autor de esta nota explico los beneficios que la caza, especialmente la deportiva, trae para la conservación de la biodiversidad, se es practicada, sobre un manejo adecuado. La practica de esta actividad, de alta densidad económica, permite financiar la conservación de otras especias de la flora y la fauna, así como los ecosistemas naturales y seminaturales donde las especies de valor cinegético viven. Los países que más bien conservan su naturaleza en donde el ritmo de extinción de especies es menor, son precisamente, aquellos que manejan la caza deportiva bien regulada y de forma sustentable. Estados Unidos y Canadá son buenos ejemplos de estos hechos.


La pesca, con relación al tema ahora discutido, es intrigante. Ella no provoca las mismas reacciones violentas de los protectores de los animales como genera la caza. Y no se comprende bien la razón, por que los peces y otros seres acuáticos son, obviamente, tan animales como los que caminan por la tierra. Sucede que la muerte de los peces es básicamente sangrienta considerando que se rasga su boca y cuerpos, además de que les espera una muerte lenta y horrible al estar fuera del agua, en especial cuando previamente han sido capturados por redes de pesca. Los animales abatidos a tiros durante la caza, o con choques electricos o certeros golpes de martillo, si son domésticos, tienen una muerte infinitamente mas piadosa. Dicho esto el autor no esta en contra del uso de formas mas piadosas, si existiesen, de capturar y matar peces para transformarlos en pescados.

Que pasaría en los mares, lagos y ríos si la pesca fuese prohibida? Lo que es previsible en este caso, es que a pesar de las restricciones causadas por la contaminación de las aguas y otros factores limitantes actuales, el stock pesquero se recuperaría en niveles muy elevados. La eliminación de la ganadería, como fue mencionada, no traería beneficios ambientales, pero, eliminar la pesca permitiría una inimaginable recuperación de los ecosistemas acuáticos. Por otra parte, como en el caso de la ganadería, hacer esto traería un gravísimo impacto en la economía mundial, en el empleo, y claro sobre la alimentación humana en especial las poblaciones costeras. De hecho, el abuso actual en el uso de los recursos biológicos acuáticos, si no son controlados, llevara poco a poco a esa misma situación. La acuicultura, en este contexto, es un paliativo, pero también implica matar animales. Si los recursos animales de las aguas, no pueden ser usados para la alimentación, es previsible que se deberá expandir más aun la agricultura para suplir el déficit, implicando más deforestación y contaminación que, de una forma u otra terminan en ríos y mares.

Otro grupo de animales que no llama la atención de los protectores de los animales son los insectos, y, en general, los invertebrados. Si estos no son controlados, o sea muertos, es poco probable que la especie humana sobreviva, porque tanto el hambre como las enfermedades transmitidas por ellos dominarían. Hay que decir que los ambientalistas, no se oponen al combate de las plagas, y ni siquiera en el uso de pesticidas. Ellos están contra el uso abusivo de estos últimos, que pueden perjudicar otras especies y hasta al propio ser humano. En cualquier caso, proponen no extinguir a los insectos dañinos y si apenas controlar sus excesos poblacionales. Animales mucho menores y simples, como las bacterias o virus ni entran en la lista de los protegidos por los defensores de los animales, y ellos también, son muertos por millones cada vez que usamos antibióticos y antisépticos.


Marc Dourojeanni Ricordi

Traduccion: Ivan Takahashi

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