viernes, 26 de enero de 2007

Oportunidad en el disparo


Muchos de los grandes trofeos de caza parecen haber sido obtenidos por pura suerte. Cada año se sabe que cazadores con poca experiencia, y aun primerizos, obtienen venados muy grandes. Tales sucesos son clasificados como "suerte de principiante". Otros buenos trofeos son obtenidos en forma casual. Alguien va con la idea de matar el primer venado que le salga y termina con uno que obtiene el primer lugar en su club o región. A esto se le llama estar en el lugar correcto en el tiempo apropiado.

Es cierto que a pesar de los mejores esfuerzos para buscar un buen lugar para cazar y el uso de las mejores tácticas par hacerlo no se puede ganar a fenómenos como la suerte del principiante y el de estar en lugar correcto en el tiempo apropiado. La suerte juega un papel importante en cualquier cacería. La suerte se puede definir como " cuando la preparación encuentra la oportunidad", pero esto no implica que la mejor preparación del mundo implique siempre una oportunidad. No importa que tan bien se planee y ejecute una cacería, una buena cantidad de factores están fuera de control. Nadie puede controlar el clima o los movimientos de los animales salvajes.

Algo que puede estar bajo su control es su propia persona. Lo que debe recordarse siempre es que cuando un cazador tiene suerte es que hizo lo correcto en aquellos segundos en los que se le presentó la oportunidad. Si no lo hubiera hecho todo se reduciría a la historia de otro venado grande que se fue..

Se habla mucho de cómo predecir el comportamiento de los venados, de donde poner el espiadero, la forma de llamar a los venados, etc. Esta información puede ser valiosa cuando se esté en el lugar correcto en el tiempo apropiado, pero no se comenta mucho acerca de que estando en el lugar correcto en el tiempo apropiado, lo que se decida hacer o no hacer, determinará el éxito o fracaso de la cacería.

Superficialmente, el momento de la verdad se reduce a levantar el rifle o el arco, dirigir la bala o la flecha al lugar apropiado, y enviarla. Esto es, en algún grado tan simple como eso. Esto es una razón por la que existe la "suerte del principiante". Nadie les ha dicho a los novatos que tirar a la caza es algo muy difícil, y así, cuando se les presenta la oportunidad, solo lo hacen.

Desafortunadamente, solo por muy poco tiempo somos novatos, Ahora, después de subir innumerables cerros o temblar de frío por muchas horas en los espiaderos, comprendemos lo precioso y difícil de obtener que son las oportunidades de cobrar una pieza, sobre todo si se trata de un trofeo. Cuando se presenta la oportunidad, sigue siendo un asunto relativamente simple el hacerlo, pero ahora nuestras acciones son facilitadas, o estorbadas, por toda la experiencia y conocimientos que hemos ganado.

Existen varias consideraciones críticas en el sencillo acto de tirarle a un animal y ninguna de ellas puede ser ignorada. El equipo correcto y la destreza para usarlo son esenciales. Es bueno leer y escuchar a los expertos acerca de cómo tirar bien, pero hay un límite en esto, para tirar bien hay que practicar. La práctica es esencial. Por supuesto se debe conocer el equipo, conocer exactamente como está apuntado el rifle o exactamente a que distancias están fijadas las miras del arco. Se debe tener también un conocimiento de la anatomía del animal que se caza de modo que se pueda disparar a las partes vitales del mismo.

Supongamos que se ha hecho todo esto. Se ha seleccionado el equipo apropiado, se ha practicado adecuadamente, conocemos nuestro equipo y la anatomía del animal. Se han usado buenas técnicas de caza y estamos en el área que produce la clase de animal que buscamos. De hecho, hemos conjuntado todo tan bien, que el trofeo está ahora dentro de nuestro alcance. Todo lo que queda es "solo hacerlo". Pero aun quedan cosas que pensar. Se puede creer que algunas veces no hay tiempo de pensar nada. Algunas oportunidades son tan rápidas que lo que se hace es por puro reflejo, o no se hace nada. Aquí es donde la práctica constante del tiro en las posiciones que se presentan en la cacería es absolutamente valiosa. Tener suficiente práctica de modo que el cuerpo y las manos sepan que hacer de un modo automático es bueno en esas ocasiones, y que tratar de conectar el cerebro es solo hacer mas lento el proceso y el disparo más difícil o imposible.

La mayoría de la veces, disparar a un animal no se hace en forma instantánea. Tanto si se ha completado un acercamiento o esperado la pasada, lo más probable es que se tenga la presa a la vista por varios segundos. El cerebro se involucra y se deben tomar decisiones. Disparar ahora?. Disparar después? Esperar hasta que se detenga o tirarle caminando? Se saldrá de la maleza o presentará un mejor ángulo, o estará mejor ahora que después? Son decisiones críticas que decidirán el éxito o la falla en forma más determinante que todo lo que se haya hecho antes.

La decisión hecha en presencia del animal se puede llamar "la oportunidad en el disparo" porque todo se decide exactamente cuando se escoge apretar el gatillo o soltar la flecha. En general existe un límite muy estrecho entre tirar demasiado pronto y en esperar demasiado tiempo para tirar. Algunas veces no existe una respuesta correcta y en otras no existe una respuesta equivocada. Algunas veces se puede hacer todo en forma correcta y fallar y en otras hacer todo en forma equivocada y de todas maneras matar la presa. Pero el objetivo final es hacer el mejor disparo cuando se esté mas listo para hacerlo.

Usualmente se dispone, al menos, de unos cuantos segundos en los cuales se pueden hacer decisiones consientes acerca de cómo y cuando tirar.

Lo primero que usted necesita evaluar es que tanto tiempo se tiene. No es algo como para sentarse ha hacerlo ni tampoco se puede ser exacto. Solamente el animal sabe si va permanecer ahí o no. Pero se tiene que tomar una decisión instantánea sobre si se necesita actuar ya o si se tiene tiempo para realizar una acción mas deliberada. Muchos factores entran en juego y es necesario ponderarlos todos rápido.

Quizá lo más importante es saber si el animal sintió nuestra presencia. Si es así, se debe pensar que se dispone solo de unos cuanto segundos. Si no, probablemente se dispone de un poco mas de tiempo…. pero hay otros aspectos. Es probable que el animal se mueva hacia la maleza? Como está el viento? Si es constante y a favor se estará en buena posición, pero un remolino puede echar a perder todo en un momento. Que tan cerca se está y que tan a la vista? Aun si el animal no ha sentido nuestra presencia, que sucederá si el cazador se mueve al posicionarse para el disparo?.

Diferencias en las especies de animales también generan diferencias. Cazadores con mucha experiencia en el venado cola blanca opinan que la mayoría de las oportunidades a un venado trofeo duran algo así como cinco segundos. Se tiene que hacer una decisión instantánea sobre si moverse aprisa o despacio, pero usted tiene que moverse. No se puede titubear en presencia de la pieza.

En cualquier caso, lo más importante es permanecer estable tanto física como mentalmente.

Primero el aspecto físico. Es sorprendente cuantos cazadores, cuando son confrontados con una pieza, sienten la irresistible urgencia de levantar el rifle y disparar. Existe un tiempo para hacer esto y es cuando el animal está muy cerca y completamente consiente de la presencia del cazador.

Se estará mejor si se busca inmediatamente una mampuesta, y si no hay ninguna, tomar una posición hincado o sentado. Se puede disparar parado, y es bueno practicar lo necesario en esa posición, pero tirar parado sin ningún apoyo debe ser la última opción. Aún a corta distancia siempre se deberá buscar un apoyo para el arma si existe la oportunidad. Si se piensa que existe la posibilidad, aunque sea remota, de un disparo, mantenga su visión periférica buscando troncos, árboles, rocas, postes de una cerca, cualquier cosa a la que se pueda acercar para apoyarse. La marca de un cazador experimentado no es echarse el rifle a la cara cuando un animal aparece, si no moverse inmediatamente hacia un apoyo, y si no lo hay, tomar una posición más estable, y luego realizar los movimientos necesarios para hacer el tiro. Esto no implica hacer movimientos bruscos en presencia de un animal que no está alerta.

Estar estable mentalmente es igualmente importante. Las personas hacen cosas extrañas en presencia de la caza, especialmente si tiene cuernos muy grades. La fiebre de venado es una bestia peligrosa. Y una de las cosas claves cuando se está decidiendo si se dispara o no, es mantener esa bestia a un lado.

La fiebre de venado no es una cosa mala en sí misma; si alguien no se excita en la presencia de un animal, entonces deberá dedicarse a otro deporte, como jugar golf o tenis. El truco es dominar la excitación. Respire hondo y trate de concentrarse en colocar el rifle o el arco en posición. Piense en la colocación del disparo y en las reglas básicas del tiro. Si todavía se está excitado respire hondo y empiece la secuencia de nuevo. Se puede perder la oportunidad, pero no se debe hacer un disparo cuando las miras del rifle están describiendo ochos y el corazón está golpeando las costillas en forma desordenada.

Anteriormente se menciona que disparar demasiado pronto o esperar demasiado para hacerlo solo está separado por una línea muy fina. Cada situación es diferente y no hay una regla. Se tiene que recordar que este mundo no es perfecto; solo raras veces se tiene al animal atravesado y a corta distancia. Esto no quiere decir que sea bueno hacer disparos con ángulo malo o a muy largas distancias; a menudo no disparar es la mejor decisión. Pero no siempre se puede esperar que lo bueno se vuelva perfecto.

Probablemente la mejor opción es disparar cuando se está listo y se tiene la seguridad de herir las partes vitales. Si usted se espera, las cosa pueden cambiar para bien…. pero también pueden empeorar, y no hay modo de saberlo.

La maleza juega en ocasiones un papel determinante. El criterio básico es que no se puede dispara a través de ella de manera confiable independientemente del arma con que se esté disparando. Por lo tanto, se deberá escoger un claro para hacer el disparo. Cuando se caza con arco, se necesita que la trayectoria a recorrer por la flecha esté completamente despejada, Cuando se caza con rifle, existe un poco mas de margen. Un poco de maleza o de zacate puede no ser tan malo como parece. Si embargo, la mejor opción es encontrar un camino despejado para el proyectil.

Esto, usualmente significa un juego de espera, lo cual es duro para los nervios. Es bajo estas circunstancias, o cuando se espera que un animal que está parcialmente escondido se levante o se mueva, cuando es más difícil controlar la fiebre de venado.

Este tipo de situaciones es muy común en la caza del venado cola blanca, pero también se presenta con otras situaciones. Si no se puede disparar donde el animal está, simplemente se tiene que esperar a que se mueva a otro lugar lo suficientemente claro para disparar. Se debe mantener la vista en el animal, pero al mismo tiempo, ver los claros por los que probablemente pasará cuando decida moverse.

En lo referente a la distancia del disparo, el dicho de "acércate todo lo que puedas y luego diez metros mas" es valedero, aunque aquí también se aplica aquello de que en ocasiones no es conveniente buscar que lo bueno se vuelva perfecto.

Cuando se está en un espiadero y el animal está caminando acercándose, es conveniente dejar que lo haga, pero no a manera de que sea demasiado cerca. Es preferible hacer el disparo antes de que el animal se de cuenta de nuestra presencia.

Cuando el momento de la verdad realmente se acerca, no se tiene tiempo para pensar todo esto paso a paso.

Con la experiencia, muchas de estas cosas se vuelven una segunda naturaleza, pero esto toma tiempo. Practique el tiro en las posiciones que normalmente se presentan en la cacería, con y sin apoyo hasta que se sienta natural y seguro. Visualice donde se puede poner las miras en todas las clases de ángulos y distancias, y cuando el momento llegue, respire hondo y hágalo.


Rafael Adame

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