LA CAZA AL VUELO
Derribar con una flecha un ave que se encuentra en pleno vuelo resulta realmente difícil, pero no imposible. Por supuesto requerirá del arquero o ballestero largas horas de entrenamiento y mucha, mucha paciencia, hasta conseguir el primer resultado.
Para el desarrollo de este tipo de caza nos valdremos principalmente de un arco recurvado, o una ballesta de 125 a 150 lb.si bien algunos cazadores prefieren el Long Bow o ballestas de mayor potencia. Nosotros aconsejamos los primeros porque resultan más fáciles de manejar y porque además cuentan con la ventaja de su poco peso, lo que sin duda agradeceremos tras una larga jornada de caza en la que tendremos que alzar el equipo en numerosas ocasiones.
En cuanto a la flecha, que en esta modalidad toma un papel principal, deberemos vigilar sobre todo el tipo de pluma a colocarle; habitualmente se utilizan las denominadas "flu-flu", un tipo de plumas mucho más anchas que el resto y que permiten al arquero adaptarlas a la longitud deseada en cada caso. Estas plumas tienen la característica especial de contraerse en el momento de disparar la flecha para después volver a su forma habitual cuando la velocidad de la flecha disminuye. Al recuperar esta forma habitual, provocan un frenado de la flecha en el aire, lo que la hará descender rápidamente.
Por supuesto, cuantas más plumas de este tipo se utilicen mayor será el frenado de la flecha. Esto es algo con lo que debe "jugar" cada cazador.
Estas flechas no se utilizan por tanto para tiros largos, sino para intentar abatir piezas que salen volando casi a nuestros pies.
Las plumas flu-flu están disponibles en el mercado en una amplísima variedad de colores y siempre en su formato íntegro, para permitir la adaptación personalizada de cada cazador arquero.
En cuanto a las puntas, las recomendadas son las llamadas "margaritas", que consisten en una punta tipo "blunt metálica" que lleva 3 ó 4 aros soldados en el extremo para aumentar el diámetro y facilitar el impacto con la pieza.
Una vez que sabemos el equipo recomendado, estamos listos para ir de caza, ahora bien, antes de dirigirnos al campo, convendrá que practiquemos el tiro. Para ello se recomienda realizar tiros sobre discos de corcho, para comprobar qué tipo de trayectoria siguen nuestras flechas, lo que nos dará una idea de lo que deberemos hacer una vez en el campo. Con seguridad al principio puede parecernos casi imposible acertar en uno de esos discos pero poco a poco, con paciencia y tiempo, lo conseguiremos.
Una vez en el campo, a la hora de tirar siempre deberemos visualizar la pieza primeramente y después intentaremos realizar el tiro por delante de la misma. Se trata de adelantar ligeramente el tiro para asegurarnos en cierta medida el alcance de la pieza.
Al comienzo lo más adecuado es salir a cazar en grupo (de 3 ó 4 arqueros) ya que al disparar varias flechas la posibilidad de alcanzar la pieza es obviamente mayor. Este tipo de caza se practica normalmente con perros; en la batida los situaremos en el centro del grupo, mientras los arqueros se distribuirán a ambos lados, tratando de que se mantengan muy cerca de nosotros para que de esa forma dispongamos de más tiempo de reacción ante el arranque de la pieza.
En cuanto a las especies que pueden ser capturadas practicando la caza al vuelo con arco en nuestro país son principalmente: codornices, perdices, faisanes, zorzales, aves acuáticas… la variedad es muy amplia, sólo necesitamos tener la suficiente pericia.
CAZA AL ACECHO
Llamamos caza al acecho a aquella que practicaremos para la captura de especies terrestres que sin duda son poseedoras de una enorme rapidez, lo que añade mayor interés a esta técnica, poniendo a prueba no sólo la puntería del arquero sino también sus reflejos.
Para esta modalidad de caza utilizaremos un arco estándar de polea.
Prácticamente cualquier punta puede ser válida para la caza al acecho, si bien las más recomendables son las de tipo "judo" (conocidas también como "imperdibles"). Gracias a sus patillas retráctiles amortiguarán el impacto de la flecha contra el suelo en caso de fallar el intento evitando que la perdamos en cada lance. Este tipo de puntas suele utilizarse para tiros realizados desde el suelo, si por el contrario el tiro se realiza desde un puesto situado en alto, valoraremos el uso de puntas de caucho o goma, tipo "blunt".
La especie más buscada por el cazador al acecho es sin duda el conejo y es durante sus descastes veraniegos cuando mejores resultados podremos obtener.
El conejo cuenta con una serie de características propias que cualquier cazador deberá conocer si pretende alcanzarlo:
- Su sentido del oído está sumamente desarrollado. Esto nos obliga a ser sumamente cautelosos con cada uno de nuestros movimientos.
- Igualmente eficaz resulta su vista, lo que nos obliga a utilizar ropa de camuflaje y a prescindir de los perros.
- Sus hábitos suelen ser crepusculares y nocturnos.
- Escarban madrigueras que siempre tienen varias entradas.
Teniendo en cuenta todo esto, resulta obvio que lo más importante en la caza del conejo al acecho es encontrar un buen puesto de tiro en el que situarnos. En este sentido buscaremos una zona herbácea que linde con el bosque, sobre todo en zonas cultivadas (los conejos gustan de destrozar campos agrícolas).
El puesto puede colocarse a ras del suelo o un poco en alto, teniendo siempre presente la necesidad fundamental de quedar ocultos.
Conviene además considerar dos sencillos consejos sobre la técnica de tiro:
- No tiraremos nunca si tenemos el conejo frente a nosotros, gracias a su agudizado sentido de la vista verá la flecha de inmediato y se retirará con rapidez.
- Siempre apuntaremos a la cabeza (sólo con rozarla dejaremos al animal aturdido).
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